Qué hueva me dan las rondallas

Anoche se presentó una rondalla en el escenario que se montó desde navidad a un lado del jardín Constitución y que se ha usado para conciertos y cosas así. Miriam y yo fuimos porque queríamos ver al mariachi tradicional Los Tíos, que se presentaron en la pasada Semana Cultural Universitaria y del que ya hablé antes. Antes de Los Tíos tocó esta rondalla, que no me acuerdo cómo se llama, pero cuyos integrantes vienen de Cuautitlán. Su repertorio consistió en canciones de las llamadas románticas, que se han hecho conocidas con músicos gruperos últimamente, de las que no puedo citar los nombres porque no los sé.
Una presentación de una rondalla es de la siguiente forma:
Se paran como 20 personas en semicírculo frente al público, todos ellos armados de unas guitarritas. Estas 20 personas son difícilmente distinguibles entre sí porque van vestidos de la misma forma (una camisa azul y un pantalón negro), además de que todos traen una cara de sufrimiento debida seguramente a la dificultad de ejecución de las piezas que tocan, que consisten en repetir los mismos tres rasguidos a la guitarra ad nauseam. En medio de todos ellos está un señor con cara de vivales, que es el único vestido con traje, que casi no toma su guitarra, sino que su trabajo es hacer comentarios que intentan ser chistosos o muy melosos con voz muy engolada mientras las personas de azul tararean el coro de la canción en turno y siguen con sus series de tres rasguidos a sus guitarras. Además, en el caso de anoche, el señor de enmedio se la pasaba balconeando a las personas de azul preguntándoles su nombre y cuando le contestaban, invariablemente decía "¿Está enojado?" Las canciones que interpreta una rondalla pueden girar en torno a dos principales temas: un señor que le declara su amor a una mujer que no lo pela o un señor que se lamenta de que una mujer lo dejó. Ambos temas aderezados con fuertes dosis de melcocha, claro está.
La inmensa cursilería que inunda una presentación de rondalla casi siempre contagia al conductor del evento, que casi siempre termina improvisando comentarios "románticos". Sobra mencionar que anoche me aburrí más que Vicente Fox en una biblioteca, además de que ya ni vimos a Los Tíos, porque Andrea andaba muy chingona.

Viajando en Imágenes

El 14 de enero pasado, justo una semana después de regresar de vacaciones de la UdeG, inauguramos en la Casa Universitaria una exposición fotográfica (la primera exposición del año) con fotos de paisajes de la región hechas por Guillermo Tovar y Rosalío de Niz, que son parte de un grupo que desde hace diez años han tomado como pasatiempo salir cada tercer fin de semana a las sierras de la región.
El objetivo de esta exposición fue mostrar a la gente de Autlán los paisajes naturales que existen en la región y que muy poca gente conoce, ya sea porque son de difícil acceso o porque la gente de Autlán tenemos cada vez menos tiempo para el ocio y más para el trabajo.
La inauguración estuvo muy buena, aunque inició un poco tarde por estar esperando a las autoridades del CUCSUR que iban a inaugurar. Fue algo muy sencillo pero muy interesante y que a las 45 personas que asistieron les gustó bastante. Todo inició con una reseña de los expositores, por parte de la maestra de ceremonias (Miriam), para que después los mismos expositores narraran un poco de sus experiencias en los viajes por la región. Enseguida se hizo la ceremonia de inauguración por el maestro Ignacio Avelino Rubio, secretario administrativo del CUCSUR y se dio un tiempo para que la gente pasara a ver las fotos. Un rato después se proyectó un documental que acaba de salir sobre la reserva de la biósfera Sierra de Manantlán, bastante bien hecho y con muy buena información para dar por terminado el evento.
La exposición se montó de la siguiente forma: en la sala Atanasio Monroy se colocaron fotos panorámicas de Autlán desde el Cerro de la Capilla, en la sala 2 imágenes del Cerro Colorado, el Fresnal y el arroyo La Caja, en la 3 fotos del camino a Talpa por la Sierra de Cacoma, en la 4 fotos de Tenacatita y en la 5 fotos de Tapalpa, Chiquihuitán, Ayutita y algunas de plantas que tomó Rosalío de Niz.
Esta exposición ya se terminó el pasado 24 de enero, hubo muy buenos comentarios de las personas que la fueron a ver.

El poema del futbol

¿Cómo vas a saber lo que es el amor?
Si nunca te hiciste hincha de un club
¿Cómo vas a saber lo que es el dolor?
Si jamás un zaguero te rompió la tibia y el peroné y estuviste en una barrera y la pelota te pegó justo ahí...
¿Cómo vas a saber lo que es el placer?
Si nunca diste una vuelta olímpica de visitante
¿Cómo vas a saber lo que es el cariño?
Si nunca la acariciaste de chanfle entrándole con el revés del pie para dejarla jadeando bajo la red ¡¡Escúchame!!, ¿Cómo vas a saber lo que es la solidaridad?
Si jamás saliste a dar la cara por un compañero golpeado desde atrás
¿Cómo vas a saber lo que es la poesía?
Si jamás tiraste una gambeta
¿Cómo vas a saber lo que es la humillación?
Si jamás te metieron un caño
¿Cómo vas a saber lo que es la amistad?
Si nunca devolviste una pared
¿Cómo vas a saber lo que es el pánico?
Si nunca te sorprendieron mal parado en un contragolpe
¿Cómo vas a saber lo que es morir un poco?
Si jamás fuiste a buscar la pelota dentro del arco
¡Decime viejo! ¿Cómo vas a saber lo que es la soledad?
Si jamás te paraste bajo los tres palos, a doce pasos de uno que te quería fusilar y terminar con tus esperanzas
¿Cómo vas a saber lo que es el barro?
Si nunca te tiraste a los pies de nadie para mandar una pelota sobre un lateral
¿Cómo vas a saber lo que es el egoísmo?
Si nunca hiciste una de más cuando tenias que dársela al nueve que estaba solo
¿Cómo vas a saber lo que es el arte?
Si nunca, pero nunca inventaste una rabona
¿Cómo vas a saber lo que es la música?
Si jamás cantaste desde la popular
¿Cómo vas a saber lo que es la injusticia?
Si nunca te saco tarjeta roja un referí localista
Decime, ¿Cómo vas a saber lo que es el insomnio?
Si jamás te fuiste al descenso
¿Cómo, cómo vas a saber lo que es el odio?
Si nunca hiciste un gol en contra
¿Cómo, pero cómo vas a saber lo que es llorar?
Sí llorar, si jamás perdiste una final de un mundial sobre la hora con un penal dudoso
¿Cómo vas a saber, querido amigo? ¿Cómo vas a saber lo que es la vida?
Si nunca, jamás jugaste al fútbol

Del 4 al 4

Pues ya hace un mes que no le escribo nada a este blog. Y no es que no pase nada, lo que ocurre es que muchas veces no me dan ganas de escribir. Como que este asunto de los blogs no me ha acabado de enganchar... De hecho, ahorita me conecto para darme un descanso, porque estoy hasta la madre (sí, la contabilidad también cansa) de la chamba de cierre de ejercicio.



En este mes han pasado muchas cosas, bueno, tantas como pueden pasar en la tranquilidad de los pueblos de esta región. Por cierto, mucha gente se queja de que no viven o no vivirían a gusto aquí porque no hay tantas cosas, tantos lugares a donde ir y no se gana tanto como en una ciudad como Guadalajara y que por eso es preferible dejarse de chingaderas y largarse de aquí. Yo opino que precisamente por todo lo que le falta a estos lugares deberíamos quedarnos a aportarles nuestro trabajo, nuestra paciencia y nuestro amor para ayudarlos a crecer y a que cada vez tengan menos carencias. Además aquí se vive mucho más a gusto que en el ajetreo de una ciudad grande. Qué bueno sería que de los montones de jóvenes que egresan cada semestre de la universidad, por lo menos la mitad se quedara en sus pueblos de origen a tratar de mejorarlos. Imagínense que los licenciados en turismo en lugar de irse al Grand Bay (su sueño dorado) se quedaran a desarrollar lugares como el Cerro Colorado o el río del Corcovado como lugares turísticos o que los IOS en lugar de irse a Estados Unidos se quedaran a buscar soluciones para el desabasto de agua en Autlán.



Cambiando de tema, el sábado 15 de diciembre Miriam y yo fuimos a El Grullo a poner un stand de venta de libros de la librería de la Casa Universitaria, invitados por los organizadores del festival Arte en el Jardín. Pasamos allá todo el día, pero estuvimos muy a gusto disfrutando de los eventos que tenían preparados para ese día: conciertos de rock, jazz, canto gregoriano, hip hop, teatro al aire libre, danza; todo con excelente calidad... En todos los eventos participaron artistas grullenses, lo que da mucho gusto y un poco de envidia de la buena, porque por ejemplo, en el escenario que se montó aquí en el jardín principal de Autlán por las fiestas navideñas se han ofrecido también conciertos pero de grupetes de los que tocan en Arena o en fiestas y que no salen de cancioncitas de Maná o cochinadas similares, además de las famosísimas coreografías de la Pandilla, que da pena que personas de fuera vean. Y no es que no haya más que presentar, hay muy buenos músicos en Autlán y que cultivan varios géneros musicales, pero los organizadores de estos eventos o no los conocen o no les gustan, pero jamás los invitan. Eso es precisamente un ejemplo de carencias que existen en Autlán y que es mejor quedarnos aquí para mejorar.



En otro cambio de tema, la semana pasada me infraccionaron por ponerle monedas a un parquímetro. Andaba en el centro buscando donde estacionarme y encontré un lugar en frente de la Casa Universitaria, lo agarré como si fuera la última Coca Cola en el desierto y decentemente le puse una moneda de 2 pesos al parquímetro. Él, no muy decentemente, se tragó la moneda y no me marcó el tiempo de estacionamiento que debía, por lo que mi mente diabólica concibió la idea de escribir un letrerito en un papel y pegárselo con cinta al parquímetro. El papelito decía así: NO SIRVE SU CHINGADERA. SE TRAGÓ MI MONEDA. Si me infraccionan ch%/"·= a su m/&(·=. Cuando regresé ya no estaba el papelito y en cambio había una bonita infracción en el parabrisas de mi carro. Sí, me infraccionaron, pero me cobré el coraje haciéndole pasar uno igual o peor a quien me infraccionó.

Ah, también en este mes leí Cien años de soledad. Uno de los mejores libros que he leído.